Ídolos de barro.

Morana.


Ni sequía, ni diluvio.

Ni ángel, ni diablo.

Ni ídolos de barro.

No estoy por encima del bien y del mal, sólo busco encanto.

Cayó la piedra en río revuelto y nadie pareció enterarse, pero yo vi la mano. Esperaba que lo hicieras y no me has decepcionado, ¿o sí? Quizás lo hice yo, no lo sé, ya no importa. Este barro se revela y  no se deja moldear.

El valle se cierra y tengo que recuperar mi cauce, he de dejarte...




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